Una vivienda digna, según el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, es aquella vivienda donde los ciudadanos pueden vivir con seguridad, paz y dignidad. Sin embargo, este derecho fundamental aún no se cumple del todo en muchas partes del mundo.
Deribado de esta problemática, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través de la resolución 40/202, en 1985, instauró que el primer lunes del mes de octubre sea el Día Mundial del Hábitat, para que gobiernos y todos los sectores vinculados al tema discutan sobre la planeación, diseño y ejecución de políticas públicas para el bienestar de las familias, y apuesten por el desarrollo sostenible de las ciudades.
Dos de cada tres familias en Latinoamérica necesitan mejorar sus viviendas
En 2019, el Banco Mundial advirtió que dos de cada tres familias en Latinoamérica necesitaban mejorar sus viviendas porque estas no cumplían con los estándares mínimos de bienestar y seguridad; muchas no cuentan con agua, alcantarillado, ventilación, transporte, electricidad o acceso a Internet. Estas carencias pueden causar problemas laborales y de salud, y se revelan aún más con el confinamiento por la pandemia de COVID-19.
El 95% de todos los casos registrados en el mundo de COVID-19, según los datos recogidos por Infobae México, ocurren en las áreas urbanas, lo que ha provocado el desbordamiento de hospitales, el cierre de escuelas, la desaparición de puestos de trabajo, y las restricciones a la movilidad, entre otros factores.
Catherine Paquette, investigadora y urbanista del Instituto de Investigación del Desarrollo (IRD) de Francia, especializada en México y Chile, dijo para el diario El País que “lo que está pasando es muy dramático para los pobres y los nuevos pobres que todavía no vemos (que caerán en esta situación al perder su empleo en esta crisis). Es pronto para saber qué aportará la pandemia porque todavía estamos en una fase de supervivencia”.
Por esta razón, la ONU-Hábitat lanzó una campaña para remarcar la necesidad de tener una vivienda adecuada para afrontar condiciones excepcionales. De ahí, la urgencia de implementar acciones locales, regionales y estatales para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU que proponen poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad para 2030. En específico, el número 11: Ciudades y comunidades sostenibles (más información sobre el ODS 11), que plantea una vivienda digna, segura y asequible.
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La sociedad mexicana se enfrentan a grandes retos, económicos, sociales y ambientales para lograr ciudades resilientes, pero también es una gran oportunidad para educar a nuevas generaciones y alcanzar el bienestar social y felicidad de todo un país.
La vivienda digna, va más allá de leyes, ya que cuando una persona se siente segura y satisface todas sus necesidades sociales y físicas dentro del hogar, cambia su estado de ánimo y convivencia con las personas a su alrededor. He ahí la importancia de cumplir con el ODS 11 y viviendas dignas.
Esta responsabilidad por alcanzar, es un trabajo en conjunto donde el esfuerzo de instituciones gubernamentales, empresas privadas y grupos de la sociedad civil juegan un papel fundamental para lograr el cambio.
Este artículo fue publicado por Earthgonomic, lea el original aquí.
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