En América Latina y el Caribe se han realizado muchos esfuerzos para que los sectores económicos entiendan la importancia de la equidad de género y se den cuenta de que la única forma de emancipación para las mujeres es cuando tienen autonomía económica.
«Por ello, debemos demostrar que las mujeres no somos solo víctimas, también somos sujetos de desarrollo y queremos ser parte de la elaboración de las políticas públicas. Nada sobre nosotras, sin nosotras» , afirmó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
La alta funcionaria de las Naciones Unidas participó en el evento Foros Regionales y Foro Político de Alto Nivel desde la Perspectiva Feminista, donde se discutió sobre los desafíos y lecciones aprendidas que tiene el movimiento de las mujeres. La reunión fue organizada por el Grupo Principal de Mujeres (WMG), el cual fue creado como resultado de la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro (1992). Esta es una alianza abierta que reúne a más de 1300 organizaciones de todas las regiones del mundo que se autoorganizan para promover el desarrollo sostenible con un enfoque en los derechos humanos de las mujeres. Desde 2016, que WMG participa en el Foro Político de Alto Nivel.
La secretaria ejecutiva comenzó su intervención señalando que la CEPAL tiene una larga trayectoria en la promoción de la participación de las mujeres en organizaciones feministas.
Principalmente, su colaboración se ha realizado a través de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe (la cual comenzó hace más de 40 años y es órgano subsidiario de la CEPAL) donde los gobiernos, organizaciones de mujeres e incluso ministerios de otros sectores participan muy activamente.
Destacó además que la Estrategia de Montevideo (lee más aquí) adoptada en 2016 en Uruguay, durante la XIII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, también está orientada hacia la igualdad de género, los derechos de las mujeres, a cómo potenciar las organizaciones de mujeres y, por supuesto, los marcos institucionales sobre género. Reconoció también el rol central que ha tenido el movimiento feminista en la construcción de esos acuerdos y en la lucha por la igualdad.
“En CEPAL estamos trabajando en tres frentes, en cómo potenciar la autonomía económica, política y física de las mujeres. Para el caso de la autonomía económica la Conferencia de la Mujer y la Conferencia Estadística de las Américas están trabajando de manera conjunta para desagregar datos, porque debemos romper el silencio estadístico justamente para asegurarnos de tener datos fidedignos que muestren las desigualdades entre hombres y mujeres, por ejemplo, en el mercado laboral donde las mujeres ganan casi un 24% menos que los hombres en un trabajo equivalente”, aseguró Alicia Bárcena.
“Creemos que la única forma de emancipación de las mujeres es cuando tienen la autonomía económica. Para ello necesitamos instituciones y marcos legales. Aquí es justamente donde nuestro activismo tiene que estar presente», agregó.
Respecto a la autonomía política, debemos asegurarnos de que las mujeres tengan mayor participación en las decisiones públicas y políticas, subrayó.
Destacó que América Latina y el Caribe ha progresado bastante y actualmente más del 31% de las mujeres están presentes en el parlamento.
“Esto es extremadamente importante, pero aún necesitamos mujeres en la toma de decisiones de las autoridades locales, porque a veces los hombres son poco sensibles a los problemas que enfrentan las mujeres”, afirmó la Secretaria de la Comisión.
La máxima representante de la CEPAL también recordó las enormes brechas que se mantienen en América Latina y el Caribe, las cuales se ven amplificadas en tiempos de la COVID-19. Por ejemplo, explicó, la mayor parte de la violencia ocurre en el entorno doméstico.
“En nuestra región han sido muy útiles los centros de atención donde las mujeres pueden mudarse junto con sus hijos o los niños pueden ser trasladados a centros especializados. Sin embargo, creemos que tenemos que trabajar con la raíz del problema, que está en la cultura del privilegio, en el colonialismo, en el patriarcado. Y eso solo podemos lograrlo con información y con economía digital, llevando ese desarrollo a las mujeres”, aseguró la secretaria ejecutiva. Según estudios de la CEPAL, la economía digital puede ser beneficiosa para las mujeres si es realmente inclusiva.
Por otro lado, expresó, en la región existen programas de transferencias de efectivo no condicionadas que van directamente a las mujeres. “Eso significa que las mujeres comienzan a tener más autonomía económica. Y, por lo tanto, esto ayuda mucho en términos de emancipación”, afirmó Bárcena.
La alta funcionaria llamó a proteger los acuerdos alcanzados en la Conferencia de Beijing y en la Conferencia Regional de América Latina y el Caribe, porque el COVID-19 está afectando principalmente a las mujeres, quienes mayoritariamente trabajan en el sector informal.
“No podemos darnos el lujo de regresar donde estábamos, tenemos que asegurarnos de avanzar en los derechos de las mujeres sobre autonomía física, económica y política. Y debemos asegurarnos de que el Foro Político de Alto Nivel, el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC, por sus siglas en inglés), nuestros foros regionales y nuestra Conferencia Regional de la Mujer continúen protegiendo a las mujeres, particularmente después de la pandemia, donde debemos asegurarnos de que se adopten medidas para proteger a las mujeres de todo el mundo”.
Añadió que otro de los problemas que enfrenta la región es que aún los sectores económicos no entienden la importancia de la igualdad de género.
“Es necesario que entiendan que mientras más presente este la mujer en el mercado laboral, la pobreza disminuirá y la economía tenderá a ser más productiva. En América Latina y en el Caribe, hemos progresado bastante en ese frente. Más del 31% de las mujeres están presentes en el parlamento, pero aún queda mucho por delante”, agregó Alicia Bárcena.
“Hemos demostrado que las mujeres son mejores pagadoras que los hombres, están invirtiendo más en activos que en gastos corrientes. Pero el problema que tenemos que resolver es que hay muchos lugares donde las mujeres no tienen derecho a tener propiedades, arriendos, terrenos o bienes. Por ello, estamos trabajando con ministros de finanzas y con el sistema bancario. Además, creo que una buena oportunidad de presionar es la próxima conmemoración de los 25 años de Beijing. Tenemos que asegurarnos de que nuestra voz se escuche en todos los frentes, no somos solo mujeres hablando con mujeres, tenemos que cambiar la conversación y la interlocución”, ratificó.
La CEPAL, a través de su División de Asuntos de Género, junto a otros organismos del Sistema de las Naciones Unidas, los gobiernos, organizaciones internacionales y de la sociedad civil de la región, implementaron el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, el cual pone a disposición de los gobiernos indicadores estratégicos de género y herramientas analíticas para la formulación de políticas públicas.
Además, mantiene actualizado el seguimiento de la autonomía física, económica y en la toma de decisiones de las mujeres, relevantes para la igualdad de género.
Del mismo modo, este instrumento realiza informes que proporcionan un diagnóstico sobre las desigualdades entre mujeres y hombres en temas clave como: trabajo remunerado y no remunerado, uso del tiempo y pobreza; acceso a la toma de decisiones y representación política; violencia de género; salud y derechos reproductivos; y transversalización del enfoque de género en los Estados.
Con información de CEPAL
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