Las ciudades del mundo, que ya están lidiando con el envejecimiento de la población, las múltiples demandas sociales y las divisiones digitales, están gimiendo bajo las tensiones del cambio climático y las consecuencias de las pandemias. Es probable que las consecuencias económicas y sociales de la trágica guerra de Ucrania añadan factores de tensión adicionales en forma de desempleo, inflación, segregación y migración.
En este contexto, es más importante que nunca diagnosticar cuál es la situación de las ciudades en términos de sostenibilidad y calidad de vida para sus habitantes, y empezar a crear una resiliencia urbana que permita hacer frente a futuros desafíos.
¿Pero por dónde empezar? Es una tarea de enormes proporciones, pero todas las ciudades deberían emprender un proceso de revisión estratégica. Además de evaluar su situación actual, las ciudades deben considerar sus prioridades futuras y lo que aspiran a ser. El Índice de Ciudades en Movimiento del IESE ofrece una plataforma para realizar un diagnóstico inicial exhaustivo de las ciudades y, mediante un análisis comparativo, pretende servir como primer punto de referencia.
El índice compara 183 ciudades de todo el mundo, analizando 114 criterios agrupados en nueve dimensiones: capital humano, cohesión social, economía, gobernanza, medio ambiente, movilidad y transporte, planificación urbana, perfil internacional y tecnología.
Se trata de un índice inusual por el alcance de su cobertura -las ciudades están repartidas por 92 países- y por su visión a largo plazo de las ciudades, que da prioridad a las personas en sus diversas y complejas necesidades. Se examinan métricas estándar como el PIB per cápita, y elementos menos tradicionales como el número de puntos de recarga de vehículos eléctricos, cuántos museos y galerías hay, y cómo califican las ciudades la tolerancia racial.
Las diez ciudades más sostenibles
1) Londres. El capital humano, el perfil internacional, la planificación urbana y la gobernanza de Londres la han llevado al primer puesto de la clasificación de este año. Los inconvenientes de la ciudad se derivan del menor capital del Reino Unido en cohesión social y medio ambiente.
2) La economía de Nueva York es su mayor fortaleza, pero la ciudad también destaca en las áreas de movilidad y transporte, planificación urbana, capital humano y perfil internacional. Al igual que Londres, Nueva York es relativamente más débil en cohesión social y medio ambiente.
3) París clasificó bien en su perfil internacional, movilidad y transporte, y capital humano, pero quedó por debajo en su medio ambiente.
4) Tokio tiene una economía fuerte, perfil internacional, gobernanza y tecnología. La ciudad se sitúa por debajo en planificación urbana y movilidad y transporte.
5) Berlín es una ciudad equilibrada, con buenos resultados en muchas dimensiones, especialmente en su gobernanza, planificación urbana y capital humano. Su flanco más débil es la economía.
6) Washington D.C. es sólida en capital humano, tecnología, gobernanza y planificación urbana, pero puede mejorar en cohesión social y medio ambiente.
7) La tecnología y el perfil internacional de Singapur son las áreas más destacadas, mientras que el medio ambiente y la movilidad son las capacidades más débiles de la ciudad estado.
Las tres últimas ciudades que completan la lista son ciudades del norte de Europa que suelen obtener buenos resultados en diversas dimensiones. Ámsterdam (8) es especialmente buena en tecnología, Oslo (9) en medio ambiente y Copenhague (10) en cohesión social y medio ambiente.
Ampliación de la resiliencia urbana
En el pasado, la resiliencia urbana se ha centrado en la preparación para una catástrofe natural. Debemos ampliar nuestra comprensión de la resiliencia más allá de las infraestructuras para abarcar los ecosistemas sostenibles, las actividades innovadoras, la equidad entre los ciudadanos y el territorio conectado.
Los gestores de las ciudades deben ser capaces de predicar con el ejemplo, guiados por los principios de justicia y colaboración y por una visión de futuro que incluya a todos los ciudadanos. El concepto de gobernanza inteligente, que incluye un diagnóstico preciso, una visión clara y un enfoque multidimensional para gestionar los retos, es crucial.
Y no es solo responsabilidad del sector público. El desarrollo de la resiliencia urbana -la capacidad de las ciudades para superar las circunstancias adversas, sean las que sean- solo puede lograrse si todas las partes interesadas se implican.
El sector público, las empresas privadas, las organizaciones cívicas y las instituciones académicas deben trabajar juntos y adoptar un enfoque holístico de lo que hace que una ciudad sea no solo viable, sino habitable, justa y resiliente.
Con información de World Economic Forum.
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