La urbanización ofrece la posibilidad de nuevas formas de inclusión social, entre ellas una mayor igualdad, el acceso a los servicios y a las nuevas oportunidades, así como el compromiso y la movilización que refleja la diversidad de las ciudades, los países y el mundo. Sin embargo, con demasiada frecuencia esta no es la forma de desarrollo urbano. La desigualdad y la exclusión abundan, a menudo en tasas superiores a la media nacional, a expensas del desarrollo sostenible que sirve para todos.
Día Mundial de las Ciudades
El Día Mundial de las Ciudades, que se celebra cada 31 de octubre, se estableció con el objetivo de promover el interés en la urbanización y fomentar la cooperación entre los países para aprovechar las oportunidades y afrontar los desafíos que plantea el urbanismo, así como para contribuir al desarrollo urbano sostenible en todo el mundo.
En 2014, ONU Hábitat lanzó una iniciativa llamada Octubre Urbano, para poner de relieve los desafíos urbanos mundiales e involucrar a la comunidad internacional en el desarrollo de la Nueva Agenda Urbana, aprobada en octubre de 2016 en la ciudad de Quito durante la Conferencia de Hábitat III.
Esta Nueva Agenda Urbana es una extensión del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 11 que pretende conseguir que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros y sostenibles.
2023: Financiar un futuro urbano sostenible para todos
Cuando se planifican de forma responsable y se basan en un análisis coste-beneficio riguroso, aunque no necesariamente exhaustivo, y se apoyan en una normativa adecuada, la financiación y el desarrollo de infraestructuras pueden actuar como motor del desarrollo institucional, político y de capacidades a todos los niveles y en todos los sectores de la gobernanza.
Para ello, los mandatos de todos los niveles y ámbitos de gobierno deben ser claros, sin lagunas ni solapamientos y deben participar en la toma de decisiones en materia de inversión, y no solo los responsables de recaudar impuestos y otros gravámenes. También es esencial mejorar la eficacia de la gestión del desarrollo urbano mediante una mejor colaboración entre los distintos niveles y sectores de gobierno. Además, el éxito de los esfuerzos por descentralizar las responsabilidades hacia los niveles subnacionales depende en gran medida de los sistemas y tradiciones de gobernanza existentes, incluso si cuentan con el apoyo de la descentralización fiscal y la autoridad de endeudamiento subsoberano.
Las ciudades bien gobernadas son aquellas que reducen los riesgos de los efectos del cambio climático para sus poblaciones.
Con información de las Naciones Unidas.
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