La tercera semana de junio, comenzó a verse, en un área del oeste de África, una nube café que recorrió más de 5.000 kilómetros hacia el Caribe, llegando a afectar a principios de semana territorio de América.
La nube de polvo que llegó del norte de África al Caribe Oriental el 17 de junio y ha oscurecido y contaminado el aire de varios países y territorios en los últimos días ha alcanzado proporciones históricas, confirmó la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El fenómeno se ha expandido al Gran Caribe: desde el sureste de la región, cerca de la costa norte de América del Sur y hasta el norte y el oeste de la península de Yucatán en México.
De acuerdo con Olga Mayol, experta del Instituto de Estudios de Ecosistemas Tropicales de la Universidad de Puerto Rico, la actual nube tiene las concentraciones más altas de partículas de polvo observadas en la región en el último medio siglo.
Por su parte la portavoz de la OMM, Claire Nullis, durante una conferencia de prensa en Ginebra, expreso que “hemos visto las fotos de la llegada de la oscuridad en el día, y el agua contaminándose, es algo muy dramático. La tormenta de polvo oscurece los cielos, contamina el agua de lluvia y reduce enormemente la visibilidad. Pero sobre todo también plantea un peligro significativo para la salud”.
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Las tormentas de arena y polvo son peligros graves que pueden afectar el clima, el medio ambiente, la salud, las economías, el transporte y la agricultura en muchas partes del mundo. El polvo africano sopla a través del Atlántico cada año. Pero este año el evento es particularmente intenso y extenso, han explicado expertos de la Organización.
“La tormenta de polvo en curso, que ha afectado la vida diaria en el Caribe, muestra la importancia de los servicios de pronóstico y advertencia”, aseguró Oksana Tarasova, jefe de la división de Investigación del Medio Ambiente Atmosférico de la OMM.
Según el portal de la BBC, el doctor Luis Antonio Ladino, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Autónoma de México (UNAM), explicó que en la ciudad de Mérida se detectó un aumento del 800% en el número de partículas que pueden ser dañinas para la salud, recoge la prensa local.
Consecuencias en la salud de las nubes de polvo
El polvo en suspensión en el aire constituye un grave riesgo para la salud humana. El tamaño de las partículas de polvo es clave al determinar el potencial peligro para la salud. Las partículas de un tamaño superior a 10 μm no se pueden respirar y dañan solo los órganos externos (causan principalmente irritación en la piel y los ojos, conjuntivitis y mayor susceptibilidad a las infecciones oculares).
Algunas enfermedades infecciosas pueden transmitirse a través del polvo. La meningitis meningocócica, infección bacteriana de la fina membrana que rodea el cerebro y la médula espinal, puede producir daños cerebrales y, si no se trata, la muerte en el 50% de los casos.
El polvo también tiene un papel importante en la transmisión de la fiebre del valle (enfermedad que puede ser mortal) en el suroeste de los Estados Unidos y el norte de México al transportar las esporas del hongo Coccidioides, afirma el portal de la OMM.
Las tormentas de arena y polvo son peligros meteorológicos comunes en regiones áridas y semiáridas. Por lo general, son causadas por tormentas eléctricas o fuertes gradientes de presión asociados con los ciclones, que aumentan la velocidad del viento en un área amplia. Estos vientos fuertes levantan grandes cantidades de arena y polvo de suelos desnudos y secos a la atmósfera, transportándolos a cientos o miles de kilómetros de distancia.
Puedes leer el artículo «La histórica nube de polvo de 2020 del Sahara hacia el Caribe, un peligro para la salud» publicado por la ONU aquí (ir al artículo).
Con información de la ONU y la OMM.
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